miércoles, 24 de marzo de 2010

Teorías que intentan explicar los cambios de temperatura


El clima varía por procesos naturales tanto internos como externos. Entre los primeros destacan las emisiones volcánicas, y otras fuentes de gases de efecto invernadero (como por ejemplo el metano emitido en las granjas animales). Entre los segundos pueden citarse los cambios en la órbita de la Tierra alrededor del Sol (Teoría de Milankovitch) y la propia actividad solar.

Los especialistas en climatología aceptan que la Tierra se ha calentado recientemente (el IPCC cita un incremento de 0,6 ±0,2 °C en el siglo XX). Más controvertida es la dilucidación de las posibles relaciones entre las causas del fenómeno.[71] Tampoco nadie discute que la concentración de gases invernadero ha aumentado y que la causa de este aumento es probablemente la actividad industrial durante los últimos 200 años.

También existen diferencias llamativas entre las mediciones realizadas en las estaciones meteorológicas situadas en tierra (con registros en raras ocasiones comenzados desde finales del siglo XIX y en menos ocasiones todavía de una forma continuada) y las medidas de temperaturas realizadas con satélites desde el espacio (todas comenzadas a partir de la segunda mitad del siglo XX). Estas diferencias se han achacado a los modelos utilizados en las predicciones del aumento de temperatura existente en el entorno de las propias estaciones meteorológicas debido al desarrollo urbano (el efecto llamado Isla de calor). Dependiendo del aumento predicho por estos modelos las temperaturas observadas por estas estaciones serán mayores o menores (en muchas ocasiones incluso prediciendo disminuciones de las temperaturas).[

Efectos potenciales


Muchas organizaciones (tanto públicas como privadas, incluyendo gobiernos y personas individuales) están preocupados que los efecto que el calentamiento global puede producir sean profundamente negativos, incluso catastróficos tanto a nivel mundial como en regiones vulnerables especificas. Esos efectos incluyen no solo el medio ambiente sino repercusiones económicas y biológicas (especialmente en la agricultura) que a su ves podrían afectar el bienestar general de la humanidad.[33] [34] Por ejemplo, un informe del Centro de Seguridad Nacional de USA advierte que: “en los próximos 30 o 40 años va a haber guerras por agua, una creciente inestabilidad causada por hambruna, enfermedades y la elevación de los niveles del mar y olas de refugiados. “El caos resultante será un ‘caldo de cultivo’ para disturbios civiles, genocidio y el crecimiento del terrorismo”[35] y Javier Solana ha sugerido: “El cambio climático también causa graves riesgos políticos y de seguridad que afectan directamente a los intereses europeos. Esa es la razón por la que necesitamos para hacer frente a estos juntos, como europeos.”[36]

Ciertos fenómenos, como la disminución de los glaciares, la elevación del nivel de los mares y los cambios meteorológicos se han considerado consecuencias del calentamiento global que pueden influir en las actividades humanas y en los ecosistemas. Algunas especies pueden ser forzadas a emigrar de sus hábitats para evitar su extinción debido a las condiciones cambiantes, mientras otras especies pueden extenderse. Pocas ecorregiones pueden esperar no resultar afectadas.(Para todo lo anterior, ver Revista Ecosistemas: Los efectos biológicos del cambio climático (Resumen de la puesta en común que un grupo de alumnos hicieron para un curso de doctorado del programa "Cambio global y desarrollo sostenible" de la Universidad de Alcalá)

Historia del calentamiento global


El primero en manifestar un interés por la materia fue Svante August Arrhenius, quien en 1903 publicó Lehrbuch der Kosmischen Physik (Tratado de física del Cosmos)[20] que trataba por primera vez de la posibilidad de que la quema de combustibles fósiles incrementara la temperatura media de la Tierra. Entre otras cosas calculaba que se necesitarían 3000 años de combustión de combustibles para que se alterara el clima del planeta, bajo la suposición que los océanos captarían todo el CO2 (Actualmente se sabe que los oceanos han absorbido un 48% del CO2 antropogénico desde 1800)[21] Arrhenius estimó el incremento de la temperatura del planeta cuando se doblara la concentración de dióxido de carbono de la atmósfera. Arrhenius eventualmente calculó este valor en 1,6 Centígrados sin vapor de agua en la atmósfera y 2,1 °C con vapor presente. Estos resultados están dentro de los parámetros generalmente aceptados en el presente.[22] Arrhenius otorgaba una valoración positiva a este incremento de temperatura porque imaginaba que aumentaría la superficie cultivable y que los países más septentrionales serían mas productivos.

Calentamiento global


El Calentamiento global es un término utilizado para referirse al fenómeno -alegado, según algunos (ver más abajo)- de un aumento del promedio de la temperatura de la atmósfera terrestre y de los océanos ya sea desde 1850 -coincidiendo con el final de la Pequeña Edad de Hielo-[1] ya sea en relación a periodos más extensos.[2] Este incremento se habría acentuado en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI. (ver op cit).

Términos habitualmente asociados son: Cambio climático, que designa a cualquier cambio en el clima. Cambio climático antropogénico, donde se considera la influencia de la actividad humana y Efecto invernadero fenómeno que se refiere a la retención -por ciertos gases atmosféricos- de parte de la energía que el suelo emite como consecuencia de haber sido calentado por la radiación solar.

El cuerpo de la ONU encargado del análisis de los datos científicos relevantes - IPCC (Inter-Governmental Panel on Climate Change o Panel Intergubernamental del Cambio Climático) - sostiene que «la mayoría de los aumentos observados en las temperaturas medias del globo desde la mitad del siglo XX son muy probablemente debidos al aumento observado en las concentraciones de GEI antropogénicas».[3] Esto es conocido como la "teoría antropogénica" y predice que el calentamiento global continuará si lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero.

Cualquier tipo de cambio climático además implica cambios en otras variables. La complejidad del problema y sus múltiples interacciones hacen que la única manera de evaluar estos cambios sea mediante el uso de modelos computacionales que intentan simular la física de la atmósfera y del océano y que tienen una precisión limitada debido al desconocimiento del funcionamiento de la atmósfera.

El Protocolo de Kyoto, acuerdo originado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático adoptado en la Conferencias de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo promueve una reducción de emisiones contaminantes (principalmente CO2). El protocolo ha sido tachado en ciertas ocasiones de injusto,[cita requerida] ya que el incremento de las emisiones tradicionalmente está asociado al desarrollo económico, con lo que las naciones a las que más afectaría el cumplimiento de este protocolo podrían ser aquellas zonas menos desarrolladas. No obstante, en el citado protocolo las naciones en desarrollo (incluidas China o la India) están exentas de contener sus emisiones de GEI.

Más allá del consenso científico general[4] en torno a la aceptación del origen principalmente antropogénico del calentamiento global,[5] [6] hay un intenso debate político sobre la realidad de la evidencia científica del mismo. Por ejemplo, algunos entre esos políticos opinan que el presunto consenso climático es una completa falacia[7] y en enero de 2009 la minoría republicana del Senado de los Estados Unidos elaboró una lista con más de 700 científicos que disentían del origen antrópico de los cambios de temperatura de la Tierra;[8] En 2009 se descubrió el pretendido escándalo del Climagate, que alegadamente demostró que los científicos de la Unidad de Investigación del Clima de la Universidad de East Anglia habrían manipulado los datos para que cuadraran con las teorías del calentamiento.[9] [10] Sin embargo, observadores científicos independientes cuestionan esa interpretación. Nature comenta: “Lo que los correos electrónicos no muestran, sin embargo, es una gran conspiración para confeccionar el calentamiento global...”[11] y New Scientist apunta que “no se ha mostrado que haya en los correos electrónicos hackeados algo que implique una socavación de ninguna de las conclusiones científicas”.[12] Continuando a examinar algunas de las sugerencias de los escépticos del origen antropogénico del calentamiento global, el artículo muestra varios ejemplos de falta de ajustamiento a los hechos y rigor - por ejemplo, la presentación de artículos de opinión de periodistas como “artículos científicos revisados por pares”- y concluye: “dejamos que los lectores saquen sus propias conclusiones acerca de en quien confiar”.

Algunos de los oponentes políticos de la propuesta parecen temer que la propuestas de acción para prevenir consecuencias del fenómeno tienen una motivación política. Por ejemplo: el Vizconde Christopher Monckton -hombre de negocios, político y periodista británico que gusta autodescribirse como “experto en el cambio climático” a pesar de carecer de alguna calificación científica- argumenta que el propósito del “tratado” (que en su opinión seria inevitablemente firmado en Copenhague (ver Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU 2009) es imponer un Gobierno Mundial, impulsado por, entre otros, Obama quien seria, en la opinión del Sr vizconde, un simpatizante comunista.[13] Conviene recordar que tanto la idea del Gobierno Mundial como del comunismo son poderosas bestias negras en la ideología de ciertos sectores políticos en EEUU. (ver por ejemplo, Nuevo Orden Mundial (conspiración)). El vizconde ha sido acusado repetidamente de manipular los datos.[14]

Existen además intereses económicos cruzados, ya que hay muchas empresas que podrían ser seria y negativamente afectadas si se las hiciera responsable de sus externalidades,[15] específicamente, el control de emisiones de CO2 (ver también tragedia de los comunes) , y otras que se lucran extraordinariamente de las cuantiosas subvenciones a energías renovables cuyos elevados costos las hacen incapaces de competir con las tradicionales. Así por ejemplo, el jefe del IPCC, Rajendra Pachauri fue acusado por Monckton- en diciembre de 2009- de conflicto de intereses y uso de información privilegiada por su pasado como magnate petrolero y sus vínculos con el comercio de cuotas de emisión de contaminación.[16] Al Gore ha sido cuestionado por lucrarse invirtiendo en empresas verdes auspiciadas por la política ecologista.[17] [18] De igual modo, el diario izquierdista británico The Guardian y la ONG ecologista Greenpeace acusaron en 2007 a la petrolera ExxonMobil de financiar informes que pusieran en duda la tesis oficial sobre el cambio climático.[